El sillón R de la Real Academia Española se encuentra vacío desde el pasado 11 de septiembre. Javier Marías, uno de los novelistas más destacados de nuestro país, falleció casi sin hacer ruido, tal y como le gustaba vivir. La obra de Marías era simplemente sello de calidad. La brillantez y la profunda introspección con la que escribía hacía de él un autor muchas veces amado u odiado. No es fácil acercarse a una prosa tan estudiada y reflexiva. Fue un erudito de su lengua y contribuyó con cientos de escritos a la cultura española y europea: novela, ensayo, traducciones, crítica literaria… Sin embargo, prefería quedar relegado a la firma de sus textos por encima de mostrarse públicamente de manera habitual. Así, en la tranquilidad de su estudio se fue hace apenas un mes. En él deja infinidad de muestras de su trabajo: El hombre sentimental (por el que recibió el Premio Herralde), Corazón tan blanco, Mañana en la batalla piensa en mí (Premio Rómulo Gallegos), Todas las almas (adaptad...